CRISTALIZACIONES DE ZINC

CRISTALIZACIONES DE ZINC

Los esmaltes Cristalinos, conocidos como Cristalizaciones de Zinc, son un tipo de esmalte complejo en el que se forman cristales a partir del silicato de zinc durante un proceso de cocción prolongado y un enfriamiento controlado. Estos esmaltes se logran mezclando una serie de materias primas en grandes cantidades así como también óxidos, generalmente en cantidades muy precisas.

Además de lo complejo de la formulación del esmalte,  lo es también el proceso de cocción. Un proceso largo en el que se van variando las temperaturas  y la cocción para crear de esta manera una serie de formaciones en el esmalte específicas, con colores y tonos diferentes, unos pocos grados de más o de menos pueden marcar grandes diferencias.

El horno debe alcanzar muy rápidamente las altas temperaturas (alrededor de 1300ºC) para luego proceder a largos mantenimientos para poder conseguir el efecto que se ha diseñado.

El ceramista puede tener un control de un 75 a un 80 por ciento del resultado, ya que muchos factores intervienen para un buen objetivo, además, los cristales irán apareciendo de forma aleatoria con lo que hará que cada pieza sea única.

Además de la formulación y cocción compleja es necesario colocar nuestras piezas sobre pedestales contendores de esmalte, ya que nuestros esmaltes al llegar a altas temperaturas se vuelven muy fundentes y al escurrir podrían dañar las placas como al mismo horno. Existe la posibilidad de evitar el escurrimiento del esmalte, cambiando el diseño del esmalte y su aplicación aunque subiendo mucho más las temperaturas.

Una vez que la pieza ya ha enfriado viene el proceso de acabado, que consiste en retirar el pedestal de la pieza y esto debe ser un proceso muy cuidadoso, ya que se podría destruir la pieza.  Una vez retirado el pedestal, la pieza pasará al proceso de pulido de su base para dejar un acabado óptimo.

Hay que recordar que estos esmaltes nunca salen como uno lo espera a la primera. Muchas veces no se obtienen buenos resultados y es necesario volver a llevar la pieza a cocción para solucionar el problema y, en algunos casos severos, destruirla, lo que puede crear una frustración. Todo ello hace, obviamente, que la técnica requiera costos elevados en su producción.